Este sistema podría asimilarse al anterior con la pecularidad de que al tratarse de un circuito de agua cerrado o casi siempre lo es así, lo que hacemos es precalentar el agua de calefacción antes de la entrada a la caldera con lo que si la temperatura de impulsión se fija en 90ºC y la de retorno se sitúa en 45ºC, en el paso por el intercambiador la de retorno podríamos elevarla hasta 60 o 70ºC, de forma que la aportación de energía mediante combustible para conseguir la temperatura de impulsión se reduce en gran cantidad.
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